Los Ariscos

Una novela de pasajes, en el litoral santafesino. Tres voces. Un hombre que deja atrás la ciudad de Santa Fe se cruza con una joven mocoví que busca su porvenir, y el padre de ella, que mediante monólogos nos adentra en la cosmovisión de un pueblo desplazado y corrido a las orillas. Presente y futuro de un pueblo que nos enseñaron como algo del pasado pero articula y proyecta su historia hacia la posteridad.



“Otra vez la noche, que es certeza tras los días. Y otra vez juntos, como algo que sucede, por fatalidad o como signo de lo incierto. Otra excusa, el pescado frito, con Rosa proponiendo y guiando, y Varela sin tener opción por la negativa porque no le resulta posible. El fuego y una olla negra y sobre eso tiznada, grasa y aceite, sal y limón, y los pescados que les concedió el río, también juntos.”



“Hubo un tiempo en que todo era de nosotros, a cada año que se cambiaba y era siempre lo mismo, del Chaco para acá y más abajo de San Javier también. En los tiempos de los antiguos era así, los aborigen éramos libres y lo mismo nos servíamos los alimentos de la tierra, la algarroba, los pescados del agua y los pájaros del aire. La abuela enseña qué comemos antes, 90 años murió ella y enseña cuál es comida, meta avisando cuál es el remedio, cuál es no. Así se vivía tranquilo, criando las criaturas y escuchando a los viejos hasta que se terminaban. Era para el oeste el monte y por donde sale el sol el río, arriba los animales y abajo algunos también. En verano en la bruta calor y en el invierno en el bruto frío. Usted es buena india, escucha los viejos, no como sus hermanas."