Este libro está hecho de voces, que vienen y van por las líneas telefónicas, que hablan solas, que
no dicen nada o que callan cuando están a punto de decir lo verdaderamente importante. Los
dueños de esas voces son tranquilos desesperados, white trash, que encuentran alivio para la https://www.nebliplateada.com.ar
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falta del sentido en aislarse del mundo exterior oyendo música, en cantar en la parroquia o en
manejar una moto entre altos pinos “mientras la ruta / se deshace, metro a metro, bajo las
ruedas”.
La poesía de Eloísa trata al lenguaje con delicadeza y levedad. No hay poema suyo que
no tenga un núcleo doloroso, una pequeña y terrible revelación. Si en sus libros
anteriores (Humus, del 2005 y 1027, del 2010) giraban en torno a una
mirada casi confesional, los poemas de este libro ganan creando sujetos donde se
deposita la emoción. La sensibilidad es la misma: la de un cirujano que quita capas de
piel para llegar al hueso. Bastan un par de breves pinceladas para presentarnos esas
otras historias, un desdoblamiento del yo en otras voces, alejadas en el espacio, pero
cercanas, reflejos de un espejo roto. Por eso creo que éste es su mejor libro: por su
procedimiento, que mezcla invención e imaginación con el sumergirse en sí mismo para
traer algo a la superficie. No importa dónde sucedan las cosas, parece decirnos este
procedimiento, estamos todos unidos por el gran hilo de la incomprensión. Los
problemas son siempre humanos y universales, y los cables de teléfono que cruzan
países enteros no comunican nada.
Eloísa trabajó en un call center supervisando llamadas y es esa experiencia la que la
motivó a escribir este libro. Ojalá todos los trabajos esclavizantes produzcan poemas
así.

  • Editorial: NEBLIPLATEADA
  • Paginas: 44
  • Edición: 2025
  • Idioma: Castellano
  • Peso: 500
  • Alto: 2 mm
  • Ancho: 15 mm
  • Largo: 22 mm
  • Encuadernación: Papel
  • ISBN 9786319097955