Kore

Estos ensayos no son más que una balanza en cuyas bandejitas se pesan literatura y duelo, poesía y dolor. Sin embargo, sólo afirman una cosa: contra el silencio y a partir de la pasión muda, se alza el himno a la alegría de la forma, el ritmo. La fiesta de un poema induce a la danza porque ha comprendido su dolor originario. Escribí pues variaciones sobre el luto leído en dramas, poemas, novelas y cuadros, atendiendo siempre al rigor que se imponía en mí para decirme: esto es verdad. Se sabe que hay muchas, pero sólo una para cada cual y no varias para cada uno. Plegarias y lápidas, melancolía y resignación, sepulcros y fiestas fúnebres, allí donde empieza la dicha, el verso cantado porque nosotros seguimos aquí, y hay otros. ¿Estoy acá? Y acaso quien contemple este abanico de citas, de encuentros que tuve, se vuelva un fanal donde puedan brillar una vez más esas palabras, entre las lenguas y las épocas, entre lo escrito y lo imposible, que luchan todavía contra la muerte. Que en su hueco blanco renazcan las imágenes que fueron raptadas, como Perséfone, flores lloradas y devueltas, reclamadas y recibidas con cada primavera. Un fauno contestaría: "¡Mienten las flores, en su repetición aparente, inducen al olvido, cuando la verdad del rapto de un ser único se ha hecho intolerable! SILVIO MATTONI