FRAGMENTO

Abruptamente el dj produjo un corte en la continuidad de la música, anuló la dispersión mental, y accionó un mecanismo que controlaba el movimiento de nuestros cuerpos; entonces todas  las cabezas giraron orientando la mirada hacia el Kaiser. Resplandecía. Una luz de oro contorneaba su cráneo proyectando la figura más allá de lo humano. Sobre un delgado hilo de sonido que fluía como arroyo entre las rocas, el Kaiser soltó un barco de papel, un murmullo de palabras insignificantes creando un mantra. Movía los labios reproduciendo la mímica del murmullo, y aunque las palabras salían del parlante parecían surgir de su boca, eran la emanación de su voluntad. Me quede inmóvil, sentí un soplo en la nuca que me susurraba al oído este mensaje:

 

Yo les ofrezco esta música

que no es

totalmente mía

pero la combino para ustedes

para sacar

de todos lo mismo

duplicación fantasmal de las pasiones de cada

individuo;

y a la vez los contengo,

porque se identifican conmigo

siento, que comando mi dirección,

en esta ficción ideal

soy

el amo de mis acciones.

Acá la masa es aprehensible como grupo,

alcanzo a recibir una impresión indiferenciada

de la conciencia grupal,

y en base a esa sensación produzco

las variaciones que los movilizan;

y este mutuo reconocimiento es

para mí el placer más grande, un alivio

cuando veo en sus cuerpos la proyección de la música.

Acciono

el brazo mecánico

el caballo

la batuta 

el martillo

establece el ritmo para llevarlos al trance,

y que permanezcan en él

cascabel

la púa sigue las huellas circulares grabadas

en el indestructible

plástico

infinita búsqueda de lo inorgánico.

Pero la imagen que recibo

nunca es exactamente igual a lo que espero,

siempre quiero más, pretendo...

la unificación.

 

Entonces suelta las riendas de la música, y un chorro de oxígeno blanco que densifica la atmósfera hasta llevarla al punto límite entre lo líquido y lo gaseoso. Es una ola del océano que rompe sobre la costa y arrasa los objetos desindividualizándolos. Los fogonazos de la luz estroboscópica contra el blanco del humo, aumentan la sensación de fragmentación, veo un brazo, después un rostro, manos, caras con expresión desnaturalizada, un cuerpo sin piernas, mi propio cuerpo. El humo se disipa, resurge la estructura de la fiesta como si el mundo comenzara de nuevo en ese instante, como si asistiéramos en ese momento al instante mismo de la creación del mundo.

  • Editorial: GOG & MAGOG
  • Paginas: 112
  • Edición: 2009
  • Idioma: Castellano
  • Peso: 162
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN 9789509704381

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