Stroud ofrece, en esta obra, una novedosa interpretación general del pensamiento de David Hume, y corrige con ella la visión más tradicional y común de Hume —fomentada por los historiadores de la filosofía del siglo XIX—, según la cual éste no fue más que un filósofo negativo, el escéptico prototípico cuyo principal propósito y logro consistió en llevar a su extremo absurdo las teorías de sus predecesores empiristas Locke y Berkeley, consumando así la caída y la derrota del empirismo británico clásico.
Por revisar esta interpretación a lo largo de una exposición cabal y certera de la auténtica filosofía de Hume, este libro —que se dirige por igual a los profesionales estudiosos de Hume y a los aprendices de filosofía— constituye un elemento indispensable de la comprensión actual de uno de los filósofos que mayor influencia han ejercido sobre la cultura filosófica contemporánea.