A más de treinta años de la recuperación de la
democracia, y pese a lo que se ha avanzado en la consolidación y expansión de derechos y garantías
ciudadanas, así como también en el terreno de revisión honesta de nuestro pasado reciente de terrorismo de
Estado, el fenómeno de la tortura y los malos tratos en cárceles y comisarías sigue siendo una terrible y
lamentable realidad.
A pesar de las permanentes denuncias de la comunidad internacional, de los esfuerzos que se han llevado a
cabo en los últimos años, en especial por parte de organizaciones de derechos humanos y de algunas
agencias estatales, y más allá de las buenas intenciones puestas de manifiesto por las más altas autoridades
de todos los poderes del Estado, sigue siendo cierta la perspectiva que posee un detenido de sufrir intramuros
un grave atentado contra su dignidad, en muchas instituciones de encierro. Deviene inevitablemente una
reflexión, en un Estado social y constitucional de derecho, ¿acaso la libertad, la dignidad y la vida no son los
valores fundamentales?
En el contexto del sistema penal, la pervivencia de la tortura y demás prácticas ilegales a detenidos es, sin
lugar a dudas, la deuda pendiente más urgente en el proceso de consolidación de nuestra democracia,
merecedora también de una política de Estado que articule los cambios necesarios. Porque afecta a decenas
de miles de personas en situación de encierro. Porque constituyen atentados a los más preciados bienes
jurídicos de un Estado de derecho. Porque degrada también a los perpetradores y a sus instituciones
estatales. Y porque destruye las pocas esperanzas que Occidente le sigue deparando a las ideologías de la
resocialización, al consagrar unas condiciones que conducen fatalmente a la reincidencia, con impacto
también en las demandas públicas de seguridad.
- Editorial: EDICIONES DIDOT
- Paginas:
436
- Edición:
2016
- Idioma:
Castellano
- Peso:
486
- Encuadernación:
Tapa blanda
- ISBN
9789873620218