Julia Miranda argumenta, persuasivamente: La
vanguardia, dice, no se agotó en los años de la guerra
española; más bien, se radicalizó, diversificándose en
“poetas actuantes” que se hicieron vanguardistas a la vez
en la literatura y en la política. Autores como Neruda,
César Vallejo, Vicente Huidobro y Raúl González Tuñón
encaminaron la experimentación vanguardista a nuevas
formas de intervención social en el arte, nutriéndose de la
tradición oral del romance en el caso del argentino, y
todos ellos aboliendo ese gran abismo que seguía
separando, hasta 1936, cultura de élite y cultura popular.
En un capítulo particularmente luminoso, Julia
Miranda analiza los efectos en la escritura de la
tecnología bélica de los bombardeos de ciudades abiertas,
equiparando la técnica del montaje del Guernica de
Picasso con el “inventario del desastre” ofrecido por estos
poetas en textos centrados en ruinas o cuerpos
desmembrados, y marcados por técnicas de
fragmentación, de acumulación y de enumeración
caótica. Conscientes de su deber de testimoniar los
horrores de la guerra total y la resistencia popular que
observaban de primera mano, como poetas y a la vez
periodistas, mantuvieron vivo un diálogo –compartido por
poetas que no salieron de América Latina, como Juan L.
Ortiz– con los montajes fotográficos de los carteles de la
guerra civil, con las fotografías de niños muertos
divulgadas por los servicios de propaganda de la
República y reproducidas en la prensa de todo el mundo,
y con una tradición pictórica de paisajes infernales y
desastres bélicos que culminaba en Picasso pero que era
la viva herencia de El Bosco y de Goya.... NIALL BINNS
- Editorial: BEATRIZ VITERBO
- Paginas:
368
- Edición:
2016
- Idioma:
Castellano
- Peso:
418
- Encuadernación:
Tapa blanda
- ISBN
9789508453570