La Bioética ocupa un lugar destacado entre las éticas especiales. Más allá de barreras, culturales, nacionales, lingüísticas, tiene hoy una presencia global. Desde el comienzo ha intentado 'tender puentes' entre la ciencia y la ética. El crecimiento de la disciplina ha estado marcado, sin embargo, por tensiones importantes. Algo difícil de evitar, teniendo en cuanta algunos de sus temas característicos: los límites de la investigación científica, uso de las técnicas biomédicas, decisiones sobre la vida, sobre la muerte, la relación entre profesionales y pacientes.