Yo vengo de una casa descuidada. 

En ella cualquiera entraba sin permiso

ni justificación alguna salvo la de saciar sus

propios deseos.

El lechero, por ejemplo, cada mañana

abusando de todas y cada una de mis hermanas.

Leche en abundancia para ellas, que vino, 

con el tiempo, a representarlas concienzudamente

como holando argentinas y helvecianas.



No es casual y aquí se explica el por qué

me espanta la aparente fugacidad de los vendedores

ambulantes: heladeros, afiladores de cuchillos, verduleros,

pescadores, buscavidas de todo tipo, siempre atentos

a cualquier descuido de mi parte.



Mi padre, sin embargo, quiso -sin poder-

poner algo de orden. Lo único que consiguió

-lo pienso ahora- es lucir una mortaja

proporcionalmente blanca y bordada

a su desesperación, ya sin problemas en la próstata.



En mi casa entraban los perros, los suicidas, los

atorrantes de toda laya, y organizaban

campeonatos de fútbol, después de comerse lo

que había en la fiambrera.

Uno de esos atrevidos -el turco negro-

confundió mi cama con la de mi madre,

y desde entonces 

vive enamorado de mí, igual que lapa adherido a la piedra, lo llevo

en cada instante y escribo cosas con qué satisfacerlo, o

espantarlo definitivamente.



La cuestión sería despertar y saber que ya no duerme a mi

lado, recordándome la casa en la que me crié.

Esta manera de ser que confunde a toda gente

señalando como extravagante lo que sólo fue indigencia.

  • Editorial: EDITORIAL DEACÁ
  • Paginas: 80
  • Edición: 2013
  • Idioma: Castellano
  • Peso: 130
  • Encuadernación: Rústica
  • ISBN 9789872949204

Otros libros de Torne, Patricio

Waldhuter Libros
Pavón 2636 - Bs. As - Argentina
Tel.: (54-11) 60914786
[email protected]