Escrito al pie del acapite

Estos cuentos recurren, casi sin excepción, a la ironía como materia. Son variaciones del absurdo donde la lógica y el miedo conviven con cierta suspicacia hacia las normas. Se relativiza el concepto de punto de vista, alternando la realidad con teorías domésticas, desplantes que por azar terminan cerca de la tragedia. La narración fluctúa entre la tensión del habla particular de los personajes y la distancia de una tercera persona que hace de la observación un modo crítico de ponerlos en duda. No hay coordenadas establecidas, Stilman juega a desestabilizar los principios básicos del cuento, creando una arquitectura nueva para cada uno. Con humor e inteligencia, sin olvidar el avance de la trama, Escrito al pie del acápite es una maquinaria expresiva, puro disfrute del lenguaje.