Daniel Esteban Pittuelli narra su experiencia como prisionero político de la última dictadura militar en Argentina, “como testigo de una pequeña historia que, junto a millares de otras, conformaron una gran tragedia”. Un testimonio vital para la tarea imprescindible de seguir hablando de aquellos años, porque, como dice Nora Cortiñas en el prólogo: “Ni olvido, ni perdón, ni reconciliación”.
“A la noche, cuando apagaban la luz, era el momento más terrible: cada uno se quedaba solo con sus miedos, sus angustias y sus recuerdos. Para aliviar esa instancia decidimos contar cada noche una película. Eso ayudaba a tener la mente ocupada y, de a poco, nos íbamos durmiendo. En un cierto punto, el relator preguntaba cuántos eran los despiertos para evaluar si convenía seguir contando. Si quedaban pocos, el relator interrumpía y continuaba la noche siguiente. Pero la noche siguiente todos querían que la continuara desde el momento en que se había dormido cada uno. Con el pasar de los días (y de las noches) y de los meses, las películas empezaron a escasear y había algunos que las inventaban, o mezclaban varias en una sola. Todo estaba permitido, menos contar partes eróticas o muy sensibles: de hijos, madres y esas cosas. Puedo afirmar que, de una forma u otra, todas las noches, durante los largos meses que estuvimos en la celda 4, siempre hubo alguien que contó una película, ayudándonos de esa manera a aliviar nuestra angustia y a conciliar el sueño”.
- Editorial: EDITORIAL MARAT
- Paginas:
132
- Edición:
2019
- Idioma:
Castellano
- Peso:
200
- Encuadernación:
Rústica
- ISBN
9789874709813
